Nada mas verse ambos se fundieron en un eterno abrazo, cualquiera hubiera pensado al verlos así que llevaban varios años sin verse y no tan solo quince días desde que el hombre se fue.
Una vez recuperados del encuentro el hombre le pregunto a su mejor amigo.
_¿Que tal fueron las cosas, después de mi marcha?.
El amigo le miro y guardo silencio.
Cuéntame, no te preocupes.... Nadie lloro cuando me marche¿no, es eso?
El amigo le miro y guardo silencio.
_Ni siquiera mi hija ¿verdad?
El amigo le miro y guardo silencio.
_No es de extrañar, después de todo llevaba mucho tiempo sin venir a verme. Desde que su madre se marcho hace quince años, se puede contar con una mano, las veces que vino a verme ¡Eso si! ...Arreglo ante los asuntos del piso y desde entonces, no he llegado a conocer ni siquiera a mi nieto pequeño, ¡Bueno! pero no importa, al menos tu estuviste a mi lado todo estos años y no llegue nunca a estar solo. Ven conmigo quiero que conozcas a Maria mi mujer, ella se marcho antes de que tu llegaras.... Por cierto ¿Como se te ocurre quedarte en la puerta del cementerio y dejar de beber y comer? Eres un cabezón amigo.
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